Cuando la ONU deja de servir a las personas para servir intereses.
Sabemos que el planeta está sobrepoblado y que en algunas décadas dejará de tener la capacidad de alimentar a toda la población si es que no se toman medidas desde ahora. Pero hay medidas y medidas, las tecnológicas y científicas, que permitirían evitar y superar este problema usando toda la capacidad y conocimientos adquiridos a través de los milenios por el ser humano, además de los ingentes recursos económicos que ahora se podrían recanalizar del gasto militar. También hay otra medida de índole retrograda y cavernario (Agenda 2021) y que atenta contra el derecho humano fundamental a la vida, derechos consagrados en la carta de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la que permitiría que adultos mayores principalmente, tengan acceso y puedan hacer uso de la eutanasia de manera legal, bajo el lema “Yo, ya he disfrutado la vida”
Contradictoriamente, es la misma ONU la que está proponiendo la “Agenda 2021”. Por un lado dicen “salven la vida” y por otro “permitan eliminar la vida”. Tal parece que la ONU perdió su norte y no está cumpliendo la misión para la que fue creada. Se ha convertido en un elefante blanco que solo sirve intereses, no a personas. Que lamentable.
El mayor regalo que puede recibir un ser humano es la vida misma, una vez que se pierde, ya no se puede recuperar. La lucha de muchos de nosotros es la de preservarla a toda costa y usar estos recursos que solo buscan la eliminación de otra vida para encontrar la manera de hacer de este mundo sustentable por mucho tiempo más.
El ingenio humano ha sido capaz de grandes proezas a través de los tiempos, proezas que parecían imposibles en su momento y luego fueron alcanzados. Ahora nos enfrentamos a dos grandes retos, detener el desbalance climático y hacer sustentable la vida sin sacrificar seres humanos.