Por Manuel Echegaray
Nos hemos acostumbrado a las grandes palabras, las escuchamos a cada momento y las utilizamos sin pensarlo siquiera. Palabras que deberían escribirse con mayúscula por su importancia, son minimizadas hasta la banalidad.
Así, Patria, Pueblo, Ser Humano, Ciudadano y tantas otras más, pierden su verdadero significado y se convierten en ese “run-run” corriente, que para nada llama la atención y forma parte de lo que yo llamaría “el paisaje”.
Es que con la pérdida de la importancia de estas ideas –porque cada palabra ES una idea- se ha perdido el sentido que antes existía y el especial cuidado puesto en su utilización. Lo que un día fueron IDEAS, hoy solamente son partes de una cháchara vulgar, aburridora, anodina y sin sentido. Como dice la antigua canción, “Palabras, palabras, palabras…”.
Se habla “en nombre del pueblo”, pero no se valora a este, sino que se utiliza la palabra para darse importancia y decir que se le representa. El “Ser Humano”, el “Ciudadano”, se convierten así en puras palabras utilitarias, que sirven muchas veces para esconder pequeños intereses mezquinos, que se conviene ocultar. Las “grandes mayorías” son oscuros cenáculos donde contados personajes acomodan las cosas a su antojo. No es lo mismo “reivindicar a alguien, que utilizarlo para lo que generalmente es beneficio propio…
Así podríamos seguir y esto no es más que un ejemplo, de cómo va degradándose todo y a las palabras, que se escribían con mayúscula y eran VERDADERAS IDEAS, como dice, tristemente, el refrán, “se las lleva el viento” …
Hay que volver a darle valor de las PALABRAS, entendiendo que no solamente son letras agrupadas, sino CONCEPTOS CLAROS, que tienen una profundidad que la palabrería chata nunca tuvo ni tiene.