Formalizar la economía, significa un ensanchamiento súper importante de la recaudación, un ordenamiento adecuado para la inversión y la regularización de la contratación laboral, productiva o comercial. Implica grandes retos y desafíos. Significa incentivarla, reactivarla y potenciar la economía. Para ello, el estado debe tomar en serio su responsabilidad sobre el 80% que significa ese sector informal y normar las condiciones adecuadas para que a los emprendedores puedan rápidamente constituirse como Mypes, ofreciéndoles paquetes que incluyan beneficios tributarios, financieros, capacitación y supervisión de proyectos individuales o asociativos; paralelamente, se debe implementar una reforma tributaria en que prime una visión impositiva que democratice la recaudación de una manera porcentualmente escalonada entre menores y mínimos para los que facturan menos, como mayores y máximos para los que facturan más. La idea es ensanchar la base tributaria. En este sentido, el estado debe fijar una mirada preferencial a la micro empresa y pequeña (Mype) y si una vez consolidada hay que establecer un porcentaje preferencial popular para las Mypes, pues, entonces, que se haga. La idea es que todos los que tengan una actividad económica aporten al desarrollo.
No sólo se trata de ensanchar la base de la recaudación tributaria, sino, principalmente promover la concientización de la responsabilidad ciudadana y empresarial con el bien común. Decidirse por la formalización no sólo debe tomarse en el aspecto económico sino además de consciencia y responsabilidad cívica. Definitivamente es parte del camino hacia el desarrollo de la cultura, respeto y compromiso con los demás.