La libertad de pensamiento y la libertad de expresión son derechos que sustentan la libertad de las naciones en un sistema político democrático, y cuando los medios de comunicación operan con total independencia política y responsabilidad por la verdad sostienen y fortalecen los sistemas democráticos de las naciones por encima de los gobiernos y las coyunturas; sin embargo, ellas deben mantener un sentido consciente del poder que detentan en cuanto al servicio de la información y elevación cultural a la que todo ciudadano tiene un derecho superior al lucrativo de las empresas de comunicación.
Es por ello que la Democracia Cristiana defiende y defenderá la propiedad privada de los medios de comunicación, así como la libertad de información, claro está, sin perjuicio que el estado tenga sus propios medios de difusión. La verdad no admite censuras y recortes, lo contrario alentaría las medias verdades y con ello la mentira o el ocultamiento de la verdad. El buen uso de la libertad para transmitir una verdad en la información debe ser la esencia para la noticia. Lo que no puede soportar la información es la manipulación, la desinformación y el chantaje de parte de la autoridad pública sobre las editoriales y reflexiones periodísticas. Debemos tener en cuenta que el derecho a la información del ciudadano es anterior y superior al derecho de lucro.
Constitucionalmente, las ondas electromagnéticas pertenecen a todos los peruanos y estas en consecuencia deben servirle al ciudadano para crecer como personas promoviendo la paz y la cultura; siendo esto así, las autorizaciones para las concesiones de uso de éstas ondas no pueden ser sujeto de presiones, condiciones políticas o ideológicas; tampoco producto de la corrupción; la libertad de empresa de los medios de comunicación no se funda en la capacidad del receptor para cambiar de canal o de estación radial cuando no le gusta el programa sino que deben estar en armonía con la elevación en la información libre y con contenidos de educativos, formativos, recreativos, de sano esparcimiento y culturales; así como de análisis de la realidad impulsando el patriotismo y fortalecimiento de la democracia y la prosperidad del bien común.