El valor del argumento
El Perú está conmocionado políticamente por lo que últimamente se ha hecho difícil distinguir entre los que dicen la verdad y los que usan una media verdad para apoyar sus argumentos.
Antaño, los «argumentos» eran el fusil del buen político, con estos desarmaba acciones o ideas de algún opositor o le daba consistencia a su postura con ideas solidas. Con el transcurrir del tiempo, el uso del buen argumento ha cedido el espacio a la «media verdad» y la media verdad a la mentira completa (vendida como verdad.) Finalmente ya no se sabe a quién se tienen que creer pues todos parecen convincentes.
