Pese al «camino intermedio» elegido por Pekín, la crisis supone «costos» tanto políticos como económicos para el gigante asiático, opina Yan Xuetong.
El politólogo Yan Xuetong, uno de los expertos chinos más importantes en relaciones internacionales, publicó este lunes un artículo donde presentó su visión de la postura del gigante asiático hacia la crisis ucraniana.
En el texto, publicado en la revista Foreign Affairs, Yan sostiene que el conflicto afecta seriamente a China y que Pekín no está apoyando a Rusia, pero al mismo tiempo «ve poco que ganar si se une al coro internacional que condena a Moscú«, por lo que elige una posición de neutralidad.
«Independientemente de lo que China diga o haga […], es poco probable que Washington suavice su estrategia de contención hacia Pekín. Y, como el vecino más grande y con mayor capacidad militar de China, Rusia no es una potencia a la que Pekín desee antagonizar. Por lo tanto, los políticos chinos han tratado de evitar provocar innecesariamente a cualquiera de las potencias rivales, absteniéndose de votar para condenar a Rusia en la Asamblea General de la ONU y seleccionando cuidadosamente sus declaraciones oficiales sobre la guerra», señala Yan.
En su opinión, si alguna cosa puede provocar que Pekín decida «aliarse con Rusia», esto sería si «Estados Unidos proporciona apoyo militar para la declaración de independencia ‘de iure’ de Taiwán». «Aparte de eso, Pekín probablemente continuará con su acto de equilibrio, ya que la política de contención de Washington hacia China le hace muy difícil a Pekín aliarse con Estados Unidos sobre la guerra en Ucrania», indicó.
China no se beneficia del conflicto
Esa neutralidad supone «costos» para Pekín, opina el politólogo. «Negarse a condenar a Rusia ha tensado las relaciones de China con algunos de sus vecinos y ha distanciado a Pekín de muchas naciones en desarrollo que se han alineado contra la guerra de Rusia en Ucrania», señala, agregando que el conflicto profundizó también la división entre Pekín y EE.UU. con sus socios.
La economía de China, el mayor socio comercial tanto de Rusia como de Ucrania, también ha sufrido importantes daños por la crisis, apunta el experto.
«El conflicto ha sacudido los mercados de productos básicos y ha interrumpido las cadenas de suministro, lo que ha provocado pérdidas de miles de millones de dólares para las empresas chinas. […] Las interrupciones relacionadas con la guerra también han resultado en cancelaciones a gran escala de pedidos de exportación chinos y debilitaron la productividad industrial china», explica Yan, señalando que solo en marzo el sector manufacturero del país se contrajo un 0,7 %.
Las dificultades de Pekín no se limitan a la política exterior, resalta. «La guerra en Ucrania ha profundizado la polarización política dentro de la propia China. En WeChat y otras plataformas de redes sociales, los ciudadanos chinos se han unido en campos opuestos, uno a favor de Rusia y otro en contra», indica el politólogo, afirmando que el Gobierno del país debe tener en cuenta la opinión de los que no simpatizan con Moscú.
En esa situación, los gobernantes chinos consideran que la política de sanciones de EE.UU. contra Rusia «ha cambiado su objetivo de terminar el conflicto a prolongarlo» y, al mismo tiempo, no ha rebajado su política de confrontación con Pekín. «A sus ojos, condenar a Rusia públicamente y ponerse del lado de quienes imponen sanciones en su contra solo abriría la puerta para que Estados Unidos imponga sanciones secundarias a la propia China«, sostiene Yan.
«Camino intermedio»
La opción elegida por Pekín puede describirse como un «camino intermedio», que debería ayudarle a «evitar quedar atrapado entre Washington y Moscú», opina el politólogo. En el marco de esa política, «China se abstuvo de proporcionar ayuda militar a Moscú, pero mantuvo relaciones comerciales normales con Rusia».
«Como segunda potencia económica más grande del mundo, China tiene la intención de desempeñar un papel importante en la configuración de las normas económicas mundiales. Pero no tiene la ambición de desempeñar un papel de liderazgo en los asuntos de seguridad global, especialmente en asuntos de guerra, debido a la enorme disparidad militar entre ella y Estados Unidos. Dar forma a un entorno pacífico favorable al desarrollo económico de China sigue siendo un objetivo diplomático importante», subraya Yan.
«Mientras Estados Unidos no ofrezca apoyo militar para una declaración de independencia ‘de iure’ de Taiwán, es poco probable que China se desvíe de este camino de desarrollo pacífico», concluye el experto.