Los Demócratas Cristianos (PDC), consideramos doctrinariamente, que la defensa de la dignidad de la persona humana y la preeminencia del bien común deben marcar la agenda del desarrollo. Así, tenemos preocupaciones fundamentales para caminar de cara al desarrollo integral, en los sectores como son Educación, Salud, Economía (Industria y Trabajo), e Infraestructura. Creemos que un sector no puede desarrollarse sin el otro, mucho menos mirarse entre sí con competencias desleales y egoístas, pues, todos los sectores son responsabilidad de un mismo y unitario estado. Todos ellos importantes en el respeto a la vida, la dignidad de los peruanos y a la preservación ecológica, y como hemos dicho, integrales, cuya acción solidaria promocione el bien común.
Consideraremos en la presente reflexión a la educación como fuente promotora de un país sin desventajas y con oportunidades para todos. Patria a la que aspiramos los democristianos.
A título personal, creo que la estabilidad laboral del docente y su nivelación remunerativa según un real y justo escalafón al mérito profesional resulta importante para que se incentive la capacitación, una justa remuneración evitará que el docente busque otras actividades económicas ajenas a la enseñanza y la investigación en procura de ingresos extras que lo ayuden en la manutención familiar. Una decisión política de este tipo dotaría progresivamente de estabilidad al desarrollo de este sector. Consecuentemente, la capacitación en métodos de enseñanza de los maestros lograría elevar los estándares de comprensión y análisis en los alumnos. No será automático, pero se verían los resultados en el corto y mediano plazo. Esto es hacer justicia con un sector flagelado por la indiferencia de gobiernos fríos que ven la inversión en este sector sólo como un gasto. Con reglas claras y con una auténtica meritocracia se marcaría una mayor obligación en los docentes además de revolucionar la currícula escolar dotándola de alma y espíritu, me refiero a la inserción de los valores en ella, así, cursos que se sustenten en la moral, la ética, la filosofía, el arte, la educación cívica y la religión son importantes en la estabilidad conductual del menor. Así también, cursos de preparación para el trabajo y para la formación empresarial con responsabilidad social. Debe existir entonces, un compromiso firme en este sector de parte de la política. El problema entonces no solo reside en el déficit de escuelas o grandes unidades escolares, lo cual es importante, sino, además, en la calidad de la educación que hoy se brinda al futuro del país. Y, en ello tiene mucho que ver la capacitación del profesor.
Hacer docencia para el trabajo y la empresa responsable es obtener buenos ciudadanos, justos, honrados, emprendedores. Es caminar con firmeza y entusiasmo a una sociedad que promueva el bien común.
Esta pandemia del Covid 19 ha desnudado la iniquidad educativa en cuanto a la desigualdad de oportunidades del educando para su formación y educación. Los sistemas de conexión tecnológica para la información y el conocimiento simplemente no existen para nuestros niños del ande o la selva. El estado debe dar solución inmediata a ésta forma de injusticia social que crea diferencias y discriminación entre los niños de la Costa, la Sierra y la Selva e incluso dentro de éstas se crean también las desigualdades de oportunidades para los infantes de los caseríos o zonas altas o lejanas donde no existe la internet ni ningún tipo de comunicación virtual.
En la educación superior universitaria existen conflictos de orden moral, estructural y académico; creemos que la Sunedu debe ser autónoma y representada por directores elegidos por las universidades privadas y públicas. En el caso de las universidades privadas, las exigencias para la licenciatura deben llevar en el caso de observación e inadmisibilidad por falencias encontradas en la inspección y verificación, un posterior acompañamiento de funcionarios de la Sunedu para el nuevo examen por parte del inspector para el levantamiento de las observaciones en las ampliaciones otorgadas. En el caso de las universidades públicas, debe considerarse a interventores universitarios que serían designados por la Sunedu con la finalidad de lograr la adecuación a las formas y exigencias solicitadas por la autoridad. De esa manera los estudiantes universitarios no se verán estafados en cuanto a sus expectativas profesionales tanto por las administraciones de universidades privadas ni por las que representan al propio estado.