La Economía Social de Mercado (ESM), se encuentra constitucionalmente consagrada por el Perú con el artículo 58° de nuestra Carta Magna. Sin embargo, los continuos gobiernos de manera inmisericorde la maltratan como al hijo ilegítimo que no se quiere reconocer ni otorgarle formación, mucho menos tenerlo en la misma mesa, no obstante, de contar con prueba de ADN que asegura su filiación, pues se le priva de los elementos necesarios para su formación y desarrollo. En nuestro país, la ESM no funciona como tal, pues, ha sido tamizada, aplastada en la práctica, por un sistema económico de “libre mercado” egoísta, efectista, populista, corrupto y abusivo; por tanto, indiferente al dolor social y contrario al bien común.
La Subsidiariedad, la Asociatividad y el combate a posiciones monopólicas, son tres elementos de la Economía Social de Mercado (ESM), que con premeditación, alevosía y ventaja han sido lamentablemente ahogadas en cuanto a su actividad, dejando así su existencia en sólo un renglón constitucional.
Sin embargo, creemos que a la ESM debe dársele su oportunidad y rescatarla del “lirismo simplón” de una constitución que exige reformas inmediatas; y, que, por el contrario, se le debe dar el peso y su real accionar como precepto constitucional para su normal desarrollo. Sólo entonces en nuestro sistema económico se moverían dinámicamente sus tres elementos:
La asociatividad, bien conducida y ordenada, reduce enormemente la informalidad, por tanto, favorecerá la recaudación y el orden, incentivando la producción de bienes, la transformación de productos y su eficiente comercialización, impulsando el trabajo y la economía de progreso.
La Subsidiariedad, es la actuación del Estado en la economía. Es la función supletoria del Estado ante las imperfecciones o falencias de los agentes económicos. Allí, donde la empresa privada no pueda actuar con función social, o, por ser estratégica, entonces, se debe hacer presente el Estado.
Su posición Anti monopólica, proscribe y combate todas las actividades que limiten o contradigan el desarrollo leal de la libre competencia, así como el abuso de posiciones dominantes.
Estos elementos resultan indispensables para que se implemente un sistema económico que ha dado resultado en otras naciones del mundo, destruidas ciertamente por la guerra mundial, pero, que en poco tiempo se convirtieron en potencias mundiales y naciones del primer mundo que sin tener el privilegio de la riqueza natural que el Perú tiene lo lograron; y, que en nuestro caso ya debiera empezar a transformar para obtener el valor agregado a nuestra riqueza actuando con patriotismo en las negociaciones con la ciencia y la tecnología privada.
Entendemos que una economía social de mercado auténtica y sólida es necesaria como el primer peldaño importante para luego ascender hacia un modelo de economía por el bien común.