Reflexiones Políticas y Decisiones Cristianas

por | abril 1, 2022

A la comunidad nacional
A la comunidad de peruanos en el exterior
Compatriotas y Demócratas Cristianos,


A los 66 años de nuestra fundación retornamos y decimos:


En el bicentenario del Perú como República nos corresponde como organización política realizar ciertas reflexiones para luego adoptar audaces decisiones. No se trata pues de ver al Perú sólo dentro de una coyuntura de crisis sino de cumplir responsablemente una misión estadista que no sólo nos saque de la crisis sino que nos conduzca al desarrollo fijando un objetivo claro y firme para el Perú, el cual, es posible trabajar con el compromiso patriótico de la ciudadanía, mostrándole signos de gobiernos decentes y honestos en la administración de los bienes del estado, con la energía y severidad necesaria para proteger el desarrollo de un futuro con esperanza.

El Perú, viene sufriendo una crisis de inestabilidad crónica provocada por la aplicación de formas políticas divorciadas del orden moral, de los principios, de las virtudes tanto humanas como espirituales, atentándose contra un auténtico sistema de convivencia democrática, libre y personalista, pluralista y participativa, solidaria y fraterna que aspire al progreso en la promoción del bien común y que es propuesta de la Democracia Cristiana.

La imposición de una agenda globalista que subordina la soberanía de los estados en su autodeterminación para decidir su propio destino y prosperidad no ha sido ajena en nuestra región latinoamericana; y ha traído como consecuencia a los gobiernos corruptos defensores del libre mercado que basan su esencia en el individualismo egoísta; lo que ensancha la brecha entre los privilegiados y los marginados de oportunidades; y, del otro lado, la respuesta inmediata de un “socialismo urbano y rural” que destruye las identidades, el sentido de unidad y pertenencia a la patria que lejos de corregir sus errores y de brindar soluciones en la libertad, boicotea al sistema, pues, su esencia se funda en el totalitarismo y la dictadura de estado. Así, en nuestro caso, el petardeo constante al sistema democrático de parte del neoliberalismo y del neo marxismo han deformado y pervertido la misión que el sistema de la libertad tiene para el progreso del bien común. También es cierto que éstas históricas taras convivenciales como son los errores conceptuales neoliberales y progresistas marxistas, así como otros temas de orden subjetivo como son los psicológicos, los egoísmos, los empoderados dominantes, los discriminativos y racistas se encuentran incrustados en nuestra historia desde el imperio incaico organizado en clases sociales, con rangos, privilegios y prohibiciones de desarrollo para la plebe, esto, en cuanto a sus derechos individuales, de obligaciones y hasta de sacrificios humanos; luego, la conquista y época colonial con imposiciones inhumanas, tiranía llena de masacres, esclavitud, abusos, violaciones y robos; así como la naciente república de poder criollo y aristocrático, compuesta de autoridades discriminativas y con marcadas clases sociales ha llegado hasta nuestra época, de políticos, empresarios, intelectuales, que se cuelgan indistintamente tanto de los ofrecimientos de la derecha como de la izquierda conformados en partidos políticos que pugnan en luchas intestinas del poder por el poder, son los que han impedido que nuestra patria se unifique e integre a todos al desarrollo del bien común; siendo que, con la imposición de teorías económicas como es el “libre mercado” del neoliberalismo se ha ensanchado mucho más la brecha entre los privilegiados que cada día son menos frente a los desafortunados y débiles que cada vez son los más. Frente a ello, la ideología del socialismo marxista ha buscado “dinamitar” las instituciones democráticas, fundando su oposición en la lucha de clases, la violencia, la ideología cultural, fomentando la división y el odio entre los peruanos, haciendo de la democracia un sistema para el “utilitarismo” marxista, estrategia para su conquista del poder, que una vez obtenido, propugna el cambio de las constituciones democráticas por otras que promueven un régimen totalitario con ideologías marxistas, dogmáticas, desfasadas y superadas, cerradas a la libertad y la inversión privada con imposición de continuas reelecciones, maniatando los medios de comunicación, impulsando estatismos, milicias populares en reemplazo de la institucionalidad policial, reduciendo progresivamente espacios a la oposición, promoviendo la extinción de las libertades espirituales y religiosas, etc.

La historia nos ha demostrado que en el desarrollo de ambas concepciones políticas han coexistido como común y heterogéneo denominador, la corrupción, el abuso de poder y la tiranía disimulada en el caso del capitalismo salvaje; o, pura y castrista como en el caso del socialismo marxista de Venezuela, Cuba o Nicaragua, sistemas que los peruanos no queremos y que rechazamos como sistema totalitario para el Perú.


Así, la planificada destrucción de la política partidaria que se inició desde los 90’s, ha dado paso a la aparición de improvisados de “salvadores” independientes tecnócratas o agitadores sociales, que casi siempre recaen en los “partidos franquicia” o “vientres de alquiler”, que necesitados de lograr la reserva de inscripción de su agrupación en el registro electoral acceden a los apetitos individuales de estos personajes que casi siempre representan intereses lucrativos de agendas foráneas corporativas neoliberalistas; con ello, estos oscuros y desconocidos intereses logran la subordinación de los intereses nacionales a otros que le corresponden a la avaricia transnacional privada. Pero, también hay de los otros, aquellos que se convierten en lacayos de ideologías socialistas marxistas internacionales que han terminado por destruir el orden moral que sólo el respeto a la libertad y la dignidad humana pueden brindar, extinguiendo o reduciendo en sus derechos y capacidad a los ciudadanos, las instituciones primarias, ahogando a las sociedades intermedias y corrompiendo a las instituciones democráticas del estado, despojando los valores y las virtudes al verdadero concepto y misión de la autoridad y del poder en el servicio de la cosa pública; subordinando abusivamente el respeto a la dignidad y los derechos ciudadanos, así como negándose a la preocupación responsable por las obligaciones de resguardar los derechos individuales y sociales de los ciudadanos, así como, de promocionar el bien común y el sentido fraterno y unitario de pertenencia a la patria. Todo en favor de un totalitarismo que como demócratas rechazamos.

El estado como estructura y administración en la actualidad se encuentra secuestrado por las sanguijuelas de los llamados “caviares” representantes de las Ong’s, que viven, se alimentan y enriquecen con el dinero del propio estado en contrataciones millonarias por consultorías y que se dieran inicio desde la época de la dictadura del Grl. Juan Velazco Alvarado a la fecha, así como, por la corrupción y la delincuencia propiciada por fuerzas económicas, ideológicas y políticas extrañas y foráneas, que son armoniosamente acompañadas con la complicidad de seudo defensores de la democracia que han aprendido a esconder su traición a la patria sirviéndose siempre del poder y la autoridad para llenarse los bolsillos o aumentar sus ocultas cuentas bancarias fuera del país. Ellos también tuvieron su oportunidad y la desperdiciaron en los vicios y las perversiones de las vanidades afectando gravemente la moral y el desarrollo de la patria.

  • Extracto del libro «Reflexiones Políticas y Decisiones Cristianas», escrito por Carlos Gallardo Neyra.

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