El valor del argumento

por | noviembre 24, 2018

Autor: Fernando Fauché Gonzalez

23-11-2018

 

Según nuestro diccionario, la palabra «argumento» significa:

Razonamiento que demuestra, refuta o justifica algo.

El Perú está conmocionado políticamente por lo que últimamente se ha hecho difícil distinguir entre los que dicen la verdad y los que usan una media verdad para apoyar sus argumentos.

Antaño, los «argumentos» eran el fusil del buen político, con estos desarmaba acciones o ideas de algún opositor o le daba consistencia a su postura con ideas solidas.  Con el transcurrir del tiempo, el uso del buen argumento ha cedido el espacio a la «media verdad» y la media verdad a la mentira completa (vendida como verdad.)  Finalmente ya no se sabe a quién se tienen que creer pues todos parecen convincentes.

Nos han obligado a estar muy bien informados para estar en la capacidad de detectar al mentiroso, pero, aunque parezca antagónico, este ser, «el mentiroso» es el menos peligroso, puesto una mentira es relativamente fácil de descubrir.

Al que si hay que temer, el verdaderamente peligroso es aquel que suma una «media verdad» y “una mentira”, le añade algo maquillaje y esta queda sazonada para pasar por una verdad completa (con sabor y todo). Si es peligrosa viniendo de una persona, es mucho mas peligrosa si esta es consensuada (varios que se ponen de acuerdo para decir lo mismo).

Se que esto parece un juego de palabras, a lo mejor lo es, pero si la explicación aturde un poco, el producto de una «media verdad» aturde más y es muy peligrosa porque la gente empieza a creer, poniendo su fe y voluntad  en algo que realmente no existe.

 

 

El extremo llega cuando las medias verdades (o la mentira completa) no funcionan, se abre paso la violencia. El imponer un razonamiento por la fuerza o coacción. El «o me crees o me crees» no se  ha vuelto ajeno a nuestra vida política, posiblemente a nivel de bases, los partidos políticos sepan mucho mas de esta coyuntura, donde la «matonería» se impone a las ideas y la buena intención.

Ahora esta de moda el “etiquetar” a los opositores, basta con escuchar a nuestros políticos de turno decir “terrucos”, “rojimios”, “comunistas”, “proterrorisa” o simplemente “terrorisa” a todo aquel que esté en contra de su razonamiento.

Esta “política barata” la hacen “políticos baratos”, aquellos que no pueden sustentar sus ideas o no tienen una respuesta adecuada, lanzan el calificativo y con eso buscan distraer la respuesta del otro o simplemente ponerle el cartel. Ya no importa el argumento puesto se impone el grito, el golpe, el abandonar el set o directamente el insulto.  Son estos políticos los que debemos identificar y son estos políticos los que debemos de erradicar de nuestro espectro.

Los argumentos deben de volver a dominar la vida política de cualquier ciudadano de bien y es con la fuerza de los argumentos que se debe de derrotar al rival, no es válido otro medio.

Podría decir, usando nuestra actual coyuntura, que «el argumento» está en vías de extinción en la política peruana. Ahora domina el escenario la «media verdad».  Triste!!!

El día en que empecemos a utilizar argumentos para defendernos y estos sean respondidos también con argumentos es que empezaremos a mejorar como sociedad.

 

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